jueves, 23 de octubre de 2014

... " Debo, pues, resignarme a escribir, y, todavía, dar gracias por ello"- Mario Levrero













Ese líquido verde


Llaman a la puerta. No espero a nadie; me extraña que llamen. Sin embargo, abro.
Hay una muchacha de uniforme y ojos verdes; sonríe, muestra un portafolios y me dice:
- ¿Me permite pasar? Es una demostración gratuita domiciliaria.
No lo pienso; me hago a un lado y entra, al tiempo que abre el portafolio. Extrae una franela y un frasco, pero aún no reparo en esto; detrás de ella entra un payaso, que se para de manos en el centro de la pieza, y hay más gente afuera.
La muchacha humedece la franela con el contenido del frasco de un líquido verde y comienza a pasarla por la mesa, frotando lentamente con movimientos circulares.
Ha entrado una pareja de equilibristas que hacen pruebas maravillosas; una consiste en hamacarse, colgados de la araña, y dar una vuelta completa en el aire y caer de pie, haciendo un saludo; pero yo estoy atento al domador que entra con un león y un tigre, (…) y luego a la ecuyère de pie sobre el caballo, y a los camellos y a la jirafa y al elefante; éste queda trabado en la puerta, a pesar de que el director ha abierto especialmente las dos hojas. (…)
Me acerco a la muchacha y le digo que ya tengo bastante de su demostración domiciliaria, que ya no me interesa, que no he de comprar ningún producto; que está perdiendo su tiempo, y yo el mío.
No se enoja; sonríe, interrumpe sus movimientos circulares, guarda sus cosas, me saluda y sale.
Mientras baja la escalera me asomo y le grito:
-Y llévese también su circo. ¡Por Dios!
-¿Mi circo?- pregunta asombrada-. ¿Qué me dice? Esa gente no ha venido conmigo.



23 de enero de 1940- Uruguay








“Mi relación con la literatura es lo que puedo, apenas, permitirme; lo que, en realidad, los demás me han –hasta cierto punto- permitido. Para decirlo con palabras más duras y más exactas, escribir es más barato y menos peligroso, o más cómodo para mí. Soy perezoso y cobarde, además de pobre; debo, pues, resignarme a escribir, y, todavía, dar gracias por ello”.