La libertad
La puertita de la jaula se había
quedado abierta. El pajarito, con un leve salto, alcanzó la entrada y desde
allí observó el ancho mundo con un ojo y luego con el otro. A su cuerpecito lo
atravesó el escalofrío del deseo por los vastos espacios para los cuales sus
alas habían sido hechas. Pero luego pensó: «Si me salgo, podría cerrarse la
jaula y yo me quedaría allá afuera prisionero». El animalito se volvió a meter
y poco después, con satisfacción, vio que se volvía a cerrar la puertita que
sellaba su libertad.
Dinero y cerebro
El Padre Eterno tuvo un día de
buen humor y dijo: «Quiero liberar a los así llamados desheredados. De ahora en
adelante los que no tienen cosas tendrán cerebro, mientras que los que poseen
cosas permanecerán con la cabeza completamente vacía. Evidentemente, dentro de
poco, las cosas cambiarán, por lo menos en parte».
Transcurrida una generación, el
viejo se llevó una gran sorpresa. Aquellos a los que les había tocado como don
el cerebro estaban más que nunca carentes de cosas y aquellos a los que se los
había quitado seguían enriqueciéndose.
Ítalo Svevo
De: The Clinic Online.html
19 de diciembre de 1861- Italia |
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