o con todas las dificultades que implica,
rescate los valores saludables,
para cuerpo y espíritu,
que ofrece el fútbol,
tanto a nivel individual como colectivo.
Aquel sentido de pertenencia, de juego,
de franca competencia,
de aceptada disciplina,
de diversión,
de sensato reconocimiento de las habilidades ajenas.
En fin: desintoxíquese
de esta otra droga dura
que nos obligan a consumir
para anestesiarnos
y sumirnos en la absoluta inconsciencia.
Reequilíbrese.
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