Quería acaparar toda la atención para mí, quería, realmente
quería. Todos tenían que estar viéndome, yo sería el centro, estaba
perfectamente posicionado, era yo, era yo, no él, yo, nadie más que yo. Pero él
sangraba.
***
No me digas que no pensás en Capote mientras las contás,
aquella historia de navidad donde el niño tiene que adivinar la cantidad de
monedas del frasco y lo hace y se las
gana y compra regalos para todos sus hermanitos pobres y al final él solo se
queda con el frasco y lo usa de pecera para su nuevo y mejor amigo, un pez
dorado que nada en círculos y lo acompaña en la pobreza, hambre y frío, no me
digas que no te acordás de toda esta historia que te estoy inventando, usando a
Capote de referencia solo porque fue más original que Raúl Vicente Trindade a la
hora de escoger un nombre.
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Quiero empezar clases de algún tipo de pintura, témperas,
óleos, esmaltado de uñas, no sé, tengo que sacar una parte de mí y tirarla al mar.
Raúl Trindade
Taller de Pasiones Literarias