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Ilustración de María Caleis |
La
motivación para escribir es la vida misma y uno de los mayores placeres del ser
humano es conocer, la búsqueda de las respuestas fundamentales que plantea la
condición humana, los grandes temas universales como el haber llegado hasta
este mundo, el sentido de la creación o del amor, la llamada irrecusable de la
muerte, o la pena por los grandes dolores, constituyen en mi caso, los motivos.
Escribir o producir cualquier forma artística, es decir la compulsión creativa
es una forma de conocimiento específicamente humano, sabemos que la emisión de
signos expresivos se realiza desde la edad de piedra en las cavernas.
Investigar
al mundo desde el territorio del arte, a mi entender, es poner en práctica
metodología con el mismo fin que el de las ciencias: el saber, pero el saber
del arte constituye otro tipo de conocimiento que los filósofos de todas las
épocas se han desgañitado por desentrañar, una sabiduría que implica la
experiencia de lo estético, de los sentidos y su capacidad para gozar de la
belleza. Estos grandes pensadores tampoco lo han conseguido del todo, no han
logrado arrancar su secreto al arte, pues éste sitúa al hombre ante la
experiencia de lo inefable, lo potente e innombrable a través de la aprehensión
intelectual o sensitiva.
Lucía
Delbene, docente y poeta uruguaya.
De:
cooltivarte.com
Mi pez es un
cuchillo
que tú me diste
para cortar esta amarra
cuando anuncia el
viento
y está lista la mar
agua en esperanza
de la huella.
De: Canto de Ogigia