miércoles, 19 de marzo de 2014

El territorio del arte

Ilustración de María Caleis



















La motivación para escribir es la vida misma y uno de los mayores placeres del ser humano es conocer, la búsqueda de las respuestas fundamentales que plantea la condición humana, los grandes temas universales como el haber llegado hasta este mundo, el sentido de la creación o del amor, la llamada irrecusable de la muerte, o la pena por los grandes dolores, constituyen en mi caso, los motivos. Escribir o producir cualquier forma artística, es decir la compulsión creativa es una forma de conocimiento específicamente humano, sabemos que la emisión de signos expresivos se realiza desde la edad de piedra en las cavernas.

Investigar al mundo desde el territorio del arte, a mi entender, es poner en práctica metodología con el mismo fin que el de las ciencias: el saber, pero el saber del arte constituye otro tipo de conocimiento que los filósofos de todas las épocas se han desgañitado por desentrañar, una sabiduría que implica la experiencia de lo estético, de los sentidos y su capacidad para gozar de la belleza. Estos grandes pensadores tampoco lo han conseguido del todo, no han logrado arrancar su secreto al arte, pues éste sitúa al hombre ante la experiencia de lo inefable, lo potente e innombrable a través de la aprehensión intelectual o sensitiva.

Lucía Delbene, docente y poeta uruguaya.


De: cooltivarte.com












Mi pez es un cuchillo
que tú me diste para cortar esta amarra
cuando anuncia el viento
y está lista la mar
agua en esperanza de la huella.

De: Canto de Ogigia