martes, 6 de mayo de 2014

J. M. COETZEE, declarado "ciudadano ilustre de Montevideo".



Así se gestó la Biblioteca Personal de J. M. COETZEE


LA LISTA DE COETZEE


La letra escarlata. Nathaniel Hawthorne

La marquesa de O./ Michael Kohlhaas. Heinrich von Kleist

Tres mujeres/ Uniones. Robert Musil

Madame Bovary. Gustave Flaubert

El Ayudante. Robert Walser

Roxana. Daniel Defoe

Las Esferas del Mandala. Patrick White

El buen soldado. Ford Madox Ford

La muerte de Iván Ilyich/Amo y criado/Hadji Murat. Lev Tolstoi

Cuentos de Franz Kafka

Antología de poesía. Incluye 51 poetas de distintas nacionalidades y épocas, muchos de ellos contemporáneos.

Estos son los 11 títulos confirmados de los 12 que formarán la Biblioteca Personal de J. M. Coetzee que acaba de lanzar la editorial argentina El hilo de Ariadna. El sábado pasado el propio escritor sudafricano nos hablaba de su selección. Se trata de un canon personal, no de un canon de clásicos universales, decía. Cuando hace meses se anunció el proyecto de su Biblioteca Coetzee comentó: “Será una especial aventura volver a explorar aquellos libros que han sido de enorme importancia en el transcurso de mi vida y poder formular mis ideas acerca de ellos en la forma de una introducción. Además estoy muy entusiasmado porque esta biblioteca aparecerá primero en el mundo de habla hispana.”


LA INVITACIÓN DE LA EDITORA

La editora Soledad Constantini explica que la idea de que Coetzee seleccionara los títulos que le habían marcado como escritor surgió cuando el Nobel de literatura de 2003 fue invitado de honor del Filba (Festival Internacional de Literatura en Buenos Aires) de 2011, de cuya dirección ella forma parte junto a Pablo Braun: “Fue en esta oportunidad en la que le ofrecimos que fuera el curador de su propia Biblioteca Personal, como lo hiciera en su momento Jorge Luis Borges. J.M.Coetzee aceptó hacer una introducción y la selección de 12 títulos para que fuesen publicados a lo largo de tres años a razón de cuatro por año”.

http://blogs.elpais.com/letra-pequena


El Coetzee lector se ha dedicado especialmente a la narrativa, pero nunca ha perdido de vista la poesía (el polaco Zbigniew Herbert es una referencia constante) y su Biblioteca Personal tendrá una antología de versos. 

¿Qué puede un novelista aprender de un poeta? “Cada verso de un buen poema”, contesta, “suele tener detrás el peso de un sentimiento fuerte y de un pensamiento certero. El novelista puede aprender del poeta a concentrar y a intensificar el sentimiento y el pensamiento que pone en su prosa".

Tres de los cuatro títulos que abren la biblioteca de Coetzee tienen un curioso denominador común: el adulterio. En su introducción a Madame Bovary, el autor sudafricano apunta algo que, de nuevo, podría cuadrarle a él: “Flaubert tenía dos talentos que rara vez se encuentran conjuntamente en una sola alma: una vívida imaginación poética y agudos poderes analíticos. Lo que lo convierte en un novelista de novelistas, el principal de todos, es su capacidad para reformular grandes temas morales como problemas de composición”. ¿Y qué sucede cuando una sociedad ha dejado de considerar tan traumáticos dilemas morales como el adulterio?, ¿adiós a la novela? Coetzee responde con ironía: “Me alegra oír que el adulterio como problema moral se ha resuelto. No era consciente de ello. Pero si el adulterio se ha desvanecido como asunto sobre el que construir una novela, hay otros dilemas morales que cobran protagonismo, como, por ejemplo, los planteados por gente como Julian Assange y Edward Snowden”. Parece que las novelas seguirán llenando las bibliotecas. También las de los novelistas.

De: http://cultura.elpais.com/cultura



RELATOS Y CUCARACHAS: UNAS REFLEXIONES DE J. M. COETZEE


"No estoy defendiendo el arte que practico. La novela, la narración de historias [storytelling] en general, siempre podrá defenderse sola. [...]
La narración de historias puede defenderse sola. ¿Es esto cierto? ¿Han sido los censores tan ineficaces siglo tras siglo? Sí, lo han sido. Son ineficaces porque, al establecer las normas que los relatos no podían transgredir, y al hacer cumplir estas normas, no se dan cuenta de que el carácter ofensivo de los relatos no está en que transgredan normas concretas, sino no en su capacidad para crear y alterar sus propias normas. [...] Porque (y parodio un tanto esta postura) un relato no es un mensaje con un envoltorio, un envoltorio retórico o estético. No es un mensaje al que se añade un residuo, el residuo, el arte con el que el mensaje está recubierto por el residuo, formando la temática de la retórica o la estética, o la apreciación literaria. En las historias no hay añadidos. No están compuestas por una cosa a la que se añade otra, mensaje más vehículo, subestructura más superestructura. [...]

La narración de historias [...] no es una forma de hacer que los mensajes sean, como suele decirse, "efectivos". La narración de historias es otra forma de pensar, una forma otra de pensar. Es más venerable que la Historia, tan antigua como la cucaracha. Como las cucarachas, las narraciones pueden consumirse. No hay más que arrancarles las alas y echarles un poco de sal. Son nutritivas, hasta cierto punto, aunque si lo que de verdad quieres es nutrición probablemente la buscarás por otro lado. Las cucarachas también pueden colonizarse. Puedes atraparlas en una trampa para cucarachas, criarlas (con gran facilidad), agruparlas en granjas de cucarachas. Puedes atravesarlas con alfileres y ponerlas en vitrinas, etiquetadas. Puedes usar sus alas para cubrir las pantallas de las lámparas. Puedes realizar diminutas disecciones de su sistema respiratorio, puedes teñirlas, fotografiarlas, enmarcarlas y colgarlas de la pared. Puedes, si quieres, secarlas y, echarles polvo y mezclarlas con explosivos de alta potencia y transformarlas en bombas. Puedes incluso hacer relatos sobre ellas, como hizo Kafka, aunque esto es muy difícil. Una de las cosas que, según parece, no puedes hacer, es erradicarlas. Se reproducen, como dice el tropo, como moscas, y en las circunstancias más crudas. Se desconoce el motivo por el que están en la Tierra, la cual, probablemente, sería un lugar más agradable -sin duda más fácil de entender- sin ellas. Se dice que seguirán aquí cuando nosotros, y todos nuestros artefactos, hayamos desaparecido.

A esto se le llama parábola -una forma cultivada por grupos marginales, grupos que no tienen lugar en las corrientes dominantes, en la trama principal de la Historia-, porque es difícil determinar qué es lo que quiere decir.
Al final, sigue habiendo una diferencia entre una cucaracha y un relato, y la diferencia sigue siéndolo todo." ("The Novel Today", págs. 3-4)

"The Novel Today" ("La novela en la actualidad") y apareció en la revista literaria Upstream en 1988 (vol. 6, nº 1, págs. 2-5)

De: http://escuchandoconlosojos.blogspot.com