martes, 25 de febrero de 2014

"Ningún hierro puede despedazar tan fuertemente el corazón...

... como un punto puesto en el lugar que le corresponde"
Isaak Babel



Nadie que conozca su biografía y su obra se asombrará de esta extrema convicción. Babel respetaba la escritura de manera apasionada, tanto que, antes de ser fusilado por las fuerzas estalinistas, después de haber sido obligado a confesarse culpable de espionaje, sólo pidió que le permitieran terminar su trabajo: nueve cuentos que le habían sido confiscados.