Así podrían haberse titulado las notas de
casi todos los medios periodísticos uruguayos que mostraron el video sobre el
acto de barbarie protagonizado por una treintena de funcionari@s (¿?) del SIRPA
contra dos menores internados en el hogar CEPRILI.
Los dos menores fueron reducidos casi de
inmediato pero l@s Gullivers no se
sintieron satisfechos hasta no propinar el golpe individual, el puntapié
personal -portador, sin duda, de alguna jurada venganza
perdida en el tiempo sin tiempo del sistema-.
El Vicepresidente del PIT-CNT, Joselo López,
Presidente del Sindicato Gulliveriano, no sólo estaba presente en el escenario;
también afirmó después que estos procedimientos están contemplados en el
protocolo (¿!) y que, en consecuencia, no se había registrado ningún empleo
excesivo de fuerza en la bárbara represión de la que hemos sido tod@s testigos.
Inadmisibles declaraciones, por su investidura política; de su participación,
cualquier comentario huelga: aquí sí vale aquella frase de “una imagen vale por
mil palabras”.
Durante años, familiares de los internos han
denunciado públicamente sobre la violencia institucionalizada que reina en la
mayoría de esos centros de privación de libertad. También han presentado
exhaustivos y similares informes organismos competentes. ¿Qué incidencia
tuvieron? El mismo perro con distinto collar.
El Sindicato proclama que existe una campaña
difamatoria. ¿Campaña difamatoria? En todo caso, autoboicot. Porque las escenas
contenidas en el video son reveladoras de una práctica abusiva consumada y
consentida por tod@s sus integrantes. Sí, aquí la generalización es
absolutamente aplicable, desde el momento en que ningun@ se ha rebelado ante
semejantes procedimientos. La peor de las gangrenas se ha instalado en estos
contextos: la naturalización de la violencia.
¿Y no debería ser la rehabilitación el
macro-objetivo de estos depósitos? ¿Es pertinente hablar de rehabilitación
cuando el Sistema elige sutilmente personal en cuya escala psíquica prima el
lema de la anti-inteligencia que es el de la violencia? Parece cuerdo que se debería pensar primero, y
con la celeridad requerida por la situación, en una depuración de los
detentores del oprobioso poder que regula estos “hogares” (¡Qué eufemismo
inaceptable!).
A la plataforma del Paro Nacional del 6 de
Agosto, el PIT-CNT debería agregar con urgencia un ítem. Alguno de sus
integrantes conservará el buen sentido que lo habilite a interpretar cuál. La
reacción ciudadana ante este insuceso es tan nítida que sólo habrá que
considerar cuántos segundos puede insumir el coraje de adoptar esa decisión.