Grupo Alas
Este precioso colectivo humano se inició diecisiete años atrás, cuando sus integrantes resolvieron individualmente cursar la carrera de Orientador Familiar, que por entonces -al igual que ahora- se impartía en el CIEF (Centro de Investigaciones y Estudios Familiares).
Cuatro años de
estudios generaron lazos que, en verdad, ni ellas mismas tuvieron conciencia
puntual de la solidez y energía con que estaban vinculándose.
Darse cuenta fue
el corolario que consolidó una unión indestructible y la semilla que gestó otro
itinerario sostenido por la misma curiosidad intelectual.
Desde entonces,
año a año, han seleccionado temas y disciplinas enriquecedoras del acervo
conquistado, a tal punto de que temo olvidar algunas en esta ilustrativa
enumeración: Historia del Arte, Historia de las Religiones, Guion, Taller de Teatro, Taller de literatura con la Prof. Graciela
Genta, Psicología aplicada, Neurolingüística, Resiliencia,Tercera Edad, Inteligencia
emocional, Manejo de los sentimientos, Segundo proyecto de vida, Taller de juegos
con animador de Los Maristas, Club de juegos de Mónica Saviotti, Mandalas,...
Tan nutrida serie
no debe habilitar ningún pensamiento estereotipado del tipo “son unas señoras
intentando hallar un pretexto para su soledad” ya que ninguna de sus quince
integrantes cabría en esa simplificación abusiva; todas son personas a cargo de
responsabilidades significativas con las que contribuyen, de diversa
manera, a la superación social. En
realidad, el hilo que aúna vidas tan heterogéneas es el concepto de “la
educación permanente”, una práctica que aquí, en nuestro país, sólo figura
entre las sugerencias que eminentes investigadores dejan anotadas en sus
apuntes de Seminarios y Conferencias internacionales.
La seriedad con
que encaran todas sus actividades nos fue demostrada ya en el 2012, cuando
hacia fines de setiembre recibí una consulta acerca de si podría acceder,
durante este año 2013, a la orientación de un Taller Literario “a domicilio”.
El hecho es que el Grupo se ha reunido religiosamente los martes a las 14.30
horas, desde hace más de una década, en un salón comunitario que alquilan
mensualmente para sus fines educativos.
No querría que los
comentarios sobre la iniciación indujeran al desinterés y por ello las fotos
que aportamos son una exposición que testimonia por sí misma.
En cambio, sí
consideramos muy importante referir pormenorizadamente el cierre del ciclo
anual, aunque también esté plasmado en instantáneas que deseemos compartir.
Más allá del
consabido intercambio de regalitos -hecho no menor porque es expresivo del afecto
tejido a través de acuerdos y desacuerdos, de miradas coincidentes y
disidentes- subrayemos cómo el grupo resolvió mostrar artísticamente la
asimilación del Programa establecido a través de la creación de una obra
teatral que, a su vez, y a la manera de Shakespeare, contenía la representación
de otra.
Con el propósito
de que puedan comprender las imágenes, a vuelo de pájaro diríamos del argumento
que se trata de tres personajes -dos “hombres” y dos mujeres- (Cristina Fuentes, Olga Devoto, Reina
Piazza, Graciela Cantón) que sostienen la emisión de un radioteatro. En los
cortísimos períodos de pausa (ya que también se encargan de la publicidad
comercial) conversan acerca de su concurrencia a un Taller Literario: mencionan
aspectos gratificantes y critican a autores que les resultaron difíciles de
aceptar (Chéjov, Hemingway, Kafka,...); el radioteatro, en sí, es la adaptación
libre del cuento Eleonora, de Edgar Allan Poe; uno de los “hombres” del equipo
es el responsable de los efectos acústicos, con un repertorio increíble de
artefactos, tal cual ocurría en la época de oro del subgénero.
En definitiva, una
delicia. No sólo por la capacidad histriónica de las actrices, que mantuvieron
firme el péndulo entre la risa y la reflexión ante su público sino por todo el
proceso que esa instancia implicó durante varias jornadas previas (selección
viable del material del curso, elaboración del argumento y la trama, producción
de texto, ensayos, escenificación, vestuario, maquillaje, sonido,...) revelador
del potente amor al Arte, colectivamente construido por personas que rechazaron
con decisión la peligrosa mitología de una inerme tercera edad y adoptaron el
credo de “la educación permanente”.
Todavía nadie me
ha contado la génesis de Alas -el nombre del grupo- pero es posible afirmar que
fue, realmente, una manifestación de videncia.
Muchas gracias, queridas,
por este original, perpetuo y bello obsequio. Podré llevarlo conmigo siempre: no
tiene fecha de vencimiento, no se rompe ni se arruga; conserva su aroma, su
textura, su matizado colorido, su sabor a Vida, ésa que no distingue entre mía
y tuya, ésa,...

!Un recuerdo hermoso gracias a ti Anita y a tu sentido del humor!
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