sábado, 28 de junio de 2014

"Un hombre sólo tiene derecho de mirar a otro hacia abajo cuando ha de ayudarle a levantarse" - Gabriel García Márquez



Estamos segur@s de que hoy, desde donde esté, García Márquez -ese colombiano amado más allá de todas las fronteras- avergonzado se taponeó las orejas, cuando sus coterráneos no supieron respetar la nítida línea divisoria entre alegría y fanatismo.

Consignas como “¡Váyanse, váyanse, uruguayos!” y “¡Eliminados, los uruguayos, eliminados!”, fueron índices elocuentes de un grado cero de solidaridad latinoamericana y de gratuita e inesperada violencia. O, para analizarlo desde otra perspectiva: de la manipulación geopolítica de la que es objeto el fútbol por parte de gigantescos poderes económicos, los verdaderos Gobernantes del Planeta.

Pero, tal como nos enseñó Gabo en El Ahogado más Hermoso del Mundo: hay mucha gente aislada en el orbe: a quienes concurrieron al Circo brasileño, el dinero les está impidiendo el contacto con “su” conciencia y con “la” conciencia del Ser Latinoamericano y, obviamente, no tienen ni idea de cuán funcionales fueron esta tarde al plan laboriosamente diseñado para  ignorantes títeres.


Señoras y señores fanátic@s: sería muy saludable que leyeran más y mejor al coterráneo; (quizás, con el tiempo, puedan convertirse en sus “compatriotas”, y en herman@s genuinos de tant@s colombian@s que comen pan amasado con sus dignas manos... pero no visitan Circos).