sábado, 28 de noviembre de 2015

Patriarcado + Machismo + Capitalismo = Feminicidio factual y simbólico

Estatuilla de una cantante del templo de Ishtar,
en Mari, Mesopotamia.
























En el 1750 A.C., en Mesopotamia, época de Hammurabi, vivió Erishti-Aya, hija de Zimri-Lim, rey de la ciudad-estado de Mari.

Registran las crónicas que las mujeres pertenecientes a la aristocracia, como Erishti-Aya, gozaban de una situación de simetría con respecto a los varones.

La descendencia de este rey fue prolífica: ocho fueron sus hijas. Como otra de sus hermanas, Erishti-Aya consagró su vida a las divinidades, por lo cual residía en el templo. Era habitual que mantuviera comunicación con su familia a través de cartas.

En una de las tantas epístolas dirigidas a su madre, es posible constatar cuán veraces fueron las crónicas acerca de los privilegios de las mujeres de la nobleza.
La carta dice así:

“¡Soy hija de rey! ¡Eres esposa de rey! Incluso obviando las tablillas en las que tu marido y tú me hicisteis entrar en el “claustro”, ellos (los oficiales del templo) me tratan como lo hacen los soldados con su botín. ¡Trátame bien!... Mis raciones de grano y ropa con las cuales mi padre me mantiene viva, me las dieron sólo una vez, haced que al menos me den para que no muera de hambre”.

¿Desde este Uruguay del 2015, será complejo suponer a qué condiciones estaban sometidas una esclava o una vendedora del mercado?

El Tiempo parece atascado... Pero el Patriarcado, su hijo el Machismo y su hermano el Capitalismo no se han detenido nunca.