Así se gestó la Biblioteca Personal de J. M.
COETZEE
LA LISTA DE COETZEE
La letra escarlata.
Nathaniel
Hawthorne
La marquesa de O./ Michael Kohlhaas. Heinrich von Kleist
Tres mujeres/
Uniones. Robert Musil
Madame Bovary. Gustave
Flaubert
El Ayudante. Robert Walser
Roxana. Daniel Defoe
Las Esferas del
Mandala. Patrick White
El buen soldado.
Ford Madox Ford
La muerte de Iván
Ilyich/Amo y criado/Hadji Murat. Lev Tolstoi
Cuentos de Franz
Kafka
Antología de
poesía. Incluye 51 poetas de distintas nacionalidades y épocas, muchos de ellos
contemporáneos.
Estos
son los 11 títulos confirmados de los 12 que formarán la Biblioteca Personal de
J. M. Coetzee que acaba de lanzar la editorial argentina El hilo de Ariadna. El
sábado pasado el propio escritor sudafricano nos hablaba de su selección. Se
trata de un canon personal, no de un canon de clásicos universales, decía.
Cuando hace meses se anunció el proyecto de su Biblioteca Coetzee comentó:
“Será una especial aventura volver a explorar aquellos libros que han sido de
enorme importancia en el transcurso de mi vida y poder formular mis ideas
acerca de ellos en la forma de una introducción. Además estoy muy entusiasmado
porque esta biblioteca aparecerá primero en el mundo de habla hispana.”
LA INVITACIÓN DE LA
EDITORA
La
editora Soledad Constantini explica que la idea de que Coetzee seleccionara los
títulos que le habían marcado como escritor surgió cuando el Nobel de
literatura de 2003 fue invitado de honor del Filba (Festival Internacional de
Literatura en Buenos Aires) de 2011, de cuya dirección ella forma parte junto a
Pablo Braun: “Fue en esta oportunidad en la que le ofrecimos que fuera el
curador de su propia Biblioteca Personal, como lo hiciera en su momento Jorge
Luis Borges. J.M.Coetzee aceptó hacer una introducción y la selección de 12
títulos para que fuesen publicados a lo largo de tres años a razón de cuatro
por año”.
http://blogs.elpais.com/letra-pequena
El Coetzee lector
se ha dedicado especialmente a la narrativa, pero nunca ha perdido de vista la
poesía (el polaco Zbigniew Herbert es una referencia constante) y su Biblioteca
Personal tendrá una antología de versos.
¿Qué puede un novelista aprender de un
poeta? “Cada verso de un buen poema”, contesta, “suele tener detrás el peso de
un sentimiento fuerte y de un pensamiento certero. El novelista puede aprender
del poeta a concentrar y a intensificar el sentimiento y el pensamiento que
pone en su prosa".
Tres de los cuatro
títulos que abren la biblioteca de Coetzee tienen un curioso denominador común:
el adulterio. En su introducción a Madame Bovary, el autor sudafricano apunta
algo que, de nuevo, podría cuadrarle a él: “Flaubert tenía dos talentos que
rara vez se encuentran conjuntamente en una sola alma: una vívida imaginación
poética y agudos poderes analíticos. Lo que lo convierte en un novelista de
novelistas, el principal de todos, es su capacidad para reformular grandes
temas morales como problemas de composición”. ¿Y qué sucede cuando una sociedad
ha dejado de considerar tan traumáticos dilemas morales como el adulterio?,
¿adiós a la novela? Coetzee responde con ironía: “Me alegra oír que el adulterio
como problema moral se ha resuelto. No era consciente de ello. Pero si el
adulterio se ha desvanecido como asunto sobre el que construir una novela, hay
otros dilemas morales que cobran protagonismo, como, por ejemplo, los
planteados por gente como Julian Assange y Edward Snowden”. Parece que las
novelas seguirán llenando las bibliotecas. También las de los novelistas.
De: http://cultura.elpais.com/cultura
RELATOS Y CUCARACHAS: UNAS
REFLEXIONES DE J. M. COETZEE
"No
estoy defendiendo el arte que practico. La novela, la narración de historias
[storytelling] en general, siempre podrá defenderse sola. [...]
La
narración de historias puede defenderse sola. ¿Es esto cierto? ¿Han sido los
censores tan ineficaces siglo tras siglo? Sí, lo han sido. Son ineficaces
porque, al establecer las normas que los relatos no podían transgredir, y al
hacer cumplir estas normas, no se dan cuenta de que el carácter ofensivo de los
relatos no está en que transgredan normas concretas, sino no en su capacidad
para crear y alterar sus propias normas. [...] Porque (y parodio un tanto esta
postura) un relato no es un mensaje con un envoltorio, un envoltorio retórico o
estético. No es un mensaje al que se añade un residuo, el residuo, el arte con
el que el mensaje está recubierto por el residuo, formando la temática de la
retórica o la estética, o la apreciación literaria. En las historias no hay
añadidos. No están compuestas por una cosa a la que se añade otra, mensaje más
vehículo, subestructura más superestructura. [...]
La
narración de historias [...] no es una forma de hacer que los mensajes sean,
como suele decirse, "efectivos". La narración de historias es otra
forma de pensar, una forma otra de pensar. Es más venerable que la Historia,
tan antigua como la cucaracha. Como las cucarachas, las narraciones pueden
consumirse. No hay más que arrancarles las alas y echarles un poco de sal. Son
nutritivas, hasta cierto punto, aunque si lo que de verdad quieres es nutrición
probablemente la buscarás por otro lado. Las cucarachas también pueden
colonizarse. Puedes atraparlas en una trampa para cucarachas, criarlas (con
gran facilidad), agruparlas en granjas de cucarachas. Puedes atravesarlas con
alfileres y ponerlas en vitrinas, etiquetadas. Puedes usar sus alas para cubrir
las pantallas de las lámparas. Puedes realizar diminutas disecciones de su
sistema respiratorio, puedes teñirlas, fotografiarlas, enmarcarlas y colgarlas
de la pared. Puedes, si quieres, secarlas y, echarles polvo y mezclarlas con
explosivos de alta potencia y transformarlas en bombas. Puedes incluso hacer
relatos sobre ellas, como hizo Kafka, aunque esto es muy difícil. Una de las
cosas que, según parece, no puedes hacer, es erradicarlas. Se reproducen, como
dice el tropo, como moscas, y en las circunstancias más crudas. Se desconoce el
motivo por el que están en la Tierra, la cual, probablemente, sería un lugar
más agradable -sin duda más fácil de entender- sin ellas. Se dice que seguirán
aquí cuando nosotros, y todos nuestros artefactos, hayamos desaparecido.
A
esto se le llama parábola -una forma cultivada por grupos marginales, grupos
que no tienen lugar en las corrientes dominantes, en la trama principal de la
Historia-, porque es difícil determinar qué es lo que quiere decir.
Al
final, sigue habiendo una diferencia entre una cucaracha y un relato, y la
diferencia sigue siéndolo todo." ("The Novel Today", págs. 3-4)
"The
Novel Today" ("La novela en la actualidad") y apareció en la
revista literaria Upstream en 1988 (vol. 6, nº 1, págs. 2-5)
De: http://escuchandoconlosojos.blogspot.com
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