En nuestro Primer Encuentro del Taller de Lectura de Fin de Semana sentimos que no podía ocurrir una apertura más reverente que la de convocar la compañía de Gabo y su Siesta del Martes, "el que considero mi mejor cuento", tal como se lo confesara a Plinio Apuleyo en las conversaciones publicadas posteriormente bajo el título "El olor de la guayaba".
Y, tal cual era posible presumir, de la mano de Gabriel Centeno desfilaron así, en viva serie y con la magia consustancial a García Márquez, los más y los menos recordados personajes de su narrativa. Dato del mejor realismo el que nadie haya podido permanecer inmune a su revolucionaria visión, a su acción integradora, a su voz desgranadora de inundaciones y ardientes aromas a jazmín. Macondo no se ha quedado solo ni inmóvil, Gabo; otros cien años, pero de amable compañía, le aguardan.
Taller de Lectura
Grafo al Aire
Sábados a partir del 3 de mayo
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