domingo, 1 de junio de 2014

Día Nacional del Libro en Centro de Formación Humanística Perras Negras



















Encuentro:
Viernes 23 de mayo a las 20 horas.

Invitación:
a todas/os las/os integrantes del Centro (una utopía; de vez en cuando es necesario crear alguna). Una lástima que tantos no hayan podido acercarse, especialmente por razones horarias laborales.

Consigna:
Elegir, secretamente, un texto de autor nacional para compartir.
Los preferidos fueron: Mario Benedetti (por 3 talleristas) y Felisberto Hernández (por 3 talleristas también).
Asimismo, escuchamos textos de Marosa Di Giorgio,  Francisco Espínola, Circe Maia, Susana Matteo, Diana Nión,  Felipe Planelles y José Enrique Rodó.

La sorpresa:
Que tantos/as estén, al fin, interesados/as en Poesía.

Emergentes:
Muchos y todos literarios (cosa rara entre gente de taller, ¿verdad?) pero hubo varios ejes espontáneos: Kafka, Juan Carlos Onetti, y los/as compañeros/as ausentes.

Reflexión unánime:
Deberíamos reunirnos más a menudo. Nos encantó que cada uno/a pudiéramos interrumpir su rutina para afilar la pasión que nos hermana.

Bruno, Marta, Susana, Adriana, Dahiana, Eduardo,
Mariana, Daniela, Margot, Andrea y Ana.























































Consternados, rabiosos

 

 

Vámonos, 
derrotando afrentas.

ERNESTO "CHE" GUEVARA

Así estamos
consternados
rabiosos
aunque esta muerte sea
uno de los absurdos previsibles


da vergüenza mirar
los cuadros
los sillones
las alfombras
sacar una botella del refrigerador
teclear las tres letras mundiales de tu nombre
en la rígida máquina
que nunca
nuca estuvo
con la cinta tan pálida



vergüenza tener frío
y arrimarse a la estufa como siempre
tener hambre y comer
esa cosa tan simple
abrir el tocadiscos y escuchar en silencio
sobre todo si es un cuarteto de Mozart



da vergüenza el confort
y el asma da vergüenza
cuando tú comandante estás cayendo
ametrallado
fabuloso
nítido



eres nuestra conciencia acribillada



dicen que te quemaron
con qué fuego
van a quemar las buenas
las buenas nuevas
la irascible ternura
que trajiste y llevaste
con tu tos
con tu barro



dicen que incineraron
toda tu vocación
menos un dedo



basta para mostrarnos el camino
para acusar al monstruo y sus tizones
para apretar de nuevo los gatillos



así estamos
consternados
rabiosos
claro que con el tiempo la plomiza
consternación
se nos irá pasando
la rabia quedará
se hará mas limpia



estás muerto
estás vivo
estás cayendo
estás nube
estás lluvia
estás estrella



donde estés
si es que estás
si estás llegando



aprovecha por fin
a respirar tranquilo
a llenarte de cielo los pulmones



donde estés
si es que estás
si estás llegando
será una pena que no exista Dios



pero habrá otros
claro que habrá otros
dignos de recibirte
comandante.




De: www.poemas-del-alma.com























Explicación falsa de mis cuentos

        
Obligado o traicionado por mí mismo a decir cómo hago mis cuentos, recurriré a explicaciones exteriores a ellos. No son completamente naturales, en el sentido de no intervenir la conciencia. Eso me sería antipático. No son dominados por una teoría de la conciencia. Esto me sería extremadamente antipático. Preferiría decir que esa intervención es misteriosa. Mis cuentos no tienen estructuras lógicas. A pesar de la vigilancia constante y rigurosa de la conciencia, ésta también me es desconocida. En un momento dado pienso que en un rincón de mí nacerá una planta. La empiezo a acechar creyendo que en ese rincón se ha producido algo raro, pero que podría tener porvenir artístico. Sería feliz si esta idea no fracasara del todo. Sin embargo, debe esperar un tiempo ignorado: no sé cómo hacer germinar la planta, ni cómo favorecer, ni cuidar su crecimiento; sólo presiento o deseo que tenga hojas de poesía; o algo que se transforme en poesía si la miran ciertos ojos. Debo cuidar que no ocupe mucho espacio, que no pretenda ser bella o intensa, sino que sea la planta que ella misma esté destinada a ser, y ayudarla a que lo sea. Al mismo tiempo ella crecerá de acuerdo a un contemplador al que no hará mucho caso si él quiere sugerirle demasiadas intenciones o grandezas. Si es una planta dueña de sí misma tendrá una poesía natural, desconocida por ella misma. Ella debe ser como una persona que vivirá no sabe cuánto, con necesidades propias, con un orgullo discreto, un poco torpe y que parezca improvisado. Ella misma no conocerá sus leyes, aunque profundamente las tenga y la conciencia no las alcance. No sabrá el grado y la manera en que la conciencia intervendrá, pero en última instancia impondrá su voluntad. Y enseñará a la conciencia a ser desinteresada.
Lo más seguro de todo es que yo no sé cómo hago mis cuentos, porque cada uno de ellos tiene su vida extraña y propia. Pero también sé que viven peleando con la conciencia para evitar los extranjeros que ella les recomienda.


Felisberto Hernández




GRACIAS
A
TODAS/OS
por amar
a
quienes tanto
nos han acompañado
a reconocer
nuestra frágil condición.

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