domingo, 20 de julio de 2014

Asociaciones


Los "efectos colaterales" en Gaza.














Un hombre pasa con un pan al hombro



Un hombre pasa con un pan al hombro
¿Voy a escribir, después, sobre mi doble?

Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo
¿Con qué valor hablar del psicoanálisis?

Otro ha entrado en mi pecho con un palo en la mano
¿Hablar luego de Sócrates al médico?

Un cojo pasa dando el brazo a un niño
¿Voy, después, a leer a André Bretón?

Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre
¿Cabrá aludir jamás al Yo profundo?

Otro busca en el fango huesos, cáscaras
¿Cómo escribir, después del infinito?

Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza
¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?

Un comerciante roba un gramo en el peso a un cliente
¿Hablar, después, de cuarta dimensión?

Un banquero falsea su balance
¿Con qué cara llorar en el teatro?

Un paria duerme con el pie a la espalda
¿Hablar, después, a nadie de Picasso?

Alguien va en un entierro sollozando
¿Cómo luego ingresar a la Academia?

Alguien limpia un fusil en su cocina
¿Con qué valor hablar del más allá?

Alguien pasa contando con sus dedos
¿Cómo hablar del no-yo sin dar un grito?


César Vallejo


"A lo hecho, pecho", israelíes desmemoriados.
Llamemos a nuestros actos por su nombre.
Esto se dice "genocidio" en todos los idiomas.


De la misma manera que no hemos olvidado
a l@s niñ@s judí@s destrozad@s por el nazismo,
tampoco olvidaremos a est@s niñ@s,
sean cuales sean las razones 

que se inventen y se invoquen.
¡Ojo por ojo y diente por diente!

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